ALA: 50 AÑOS CONSTRUYENDO LA COMUNIDAD IBEROAMERICANA DE ARCHIVOS y ARCHIVISTAS

 

En abril de 1973, un grupo de destacados archivistas de América Latina, reunidos en Lima (Perú), dieron vida institucional a la Asociación Latinoamericana de Archivos (ALA). Este hecho significativo para la historia de la archivística latinoamericana, no fue el resultado de una idea casual, sino el producto de una serie de acciones previas que, de manera gradual y sistemática, fueron sentando las bases para crear un organismo internacional de archivos que atendiera la creciente problemática que, en materia de recuperación, organización, administración y conservación de archivos, así como de su consulta, estaban enfrentando los países de América Latina y el Caribe. Puede decirse de alguna manera que la historia que la existencia de la ALA, así como el surgimiento de una corriente archivística latinoamericana a principios del siglo XX, esta íntimamente ligada a la existencia de los archivos de las instituciones creadas durante la colonización de América por parte de España y Portugal.

El origen de la ALA, como bien lo señalaron Jaime Antunes, Virginia Chacón y Sara González, en su extraordinario trabajo sobre la Historia de la ALA[1], es el resultado de un proceso de implementación de una serie de recomendaciones formuladas por organismos internacional como UNESCO, el Consejo Internacional de Archivos (ICA) e incluso la OEA. Para mediados del siglo XX, el Consejo Internacional de Archivos abogaba por “avanzar en una nueva ciencia archivística, emancipada de las ciencias auxiliares de la historia, mediante la expansión de estudios archivísticos, a través de reuniones de todo tipo, desarrollo de proyectos y publicaciones especializadas”. Desde ese entonces el CIA sugirió que para lograr lo anterior era fundamental “movilizar las energías y los talentos de muchos”.

Como resultado de diversas reuniones realizadas entre 1940 y 1970, en las que se que congregaron archivistas, bibliotecarios y conservadores de todo el mundo, incluyendo representantes de países de Iberoamérica, se realiza en Washington, en 1971, el Congreso Internacional Extraordinario de Archivos de cuyo seno se tomaron importantes decisiones como la creación del Centro Multinacional de Formación de Archiveros, encargado a la Universidad de Córdoba en Argentina, la publicación del Boletín Interamericano de Archivos, la promulgación de la Carta de los Archivos Americanos y la recomendación para fundar una asociación de archivistas de América Latina (Antunes, Chacón, González, 2017), cuya idea fue complementada con la propuesta del Secretario General del ICA, de que ésta se pudiera constituir en una rama regional del organismo mundial.

Es así como durante el Seminario Multinacional sobre Planificación y Reorganización de los Archivos Nacionales, celebrado en Lima en 1973, evento patrocinado por la OEA, se acuerda crear la Asociación Latinoamericana de Archivos, cuyos estatutos fueron aprobados en 1976, en el marco de la Reunión de Especialistas para el Desarrollo de los Archivos Nacionales.

Este resumen de la historia de ALA, a partir de la obra ya citada, pretende rescatar el esfuerzo que durante varias décadas realizaron archivistas ilustres, cuyos nombres se mantienen indelebles en los anales de la archivística latinoamericana, pero igualmente el de muchos otros que permanecen anónimos, y cuyos nombres deben ser rescatados con urgencia para pagar la deuda de gratitud que aún tenemos por sus contribuciones no reconocidas o escasamente difundidas. La consolidación de la ALA, se fue ratificando a través de los importantes aportes realizados en los años siguientes, en las múltiples reuniones interamericanas, mesas redondas, seminarios, talleres y congresos, que se tradujeron en la construcción de una base de conocimiento científico, a partir del estudio e investigación de los problemas que en diferentes épocas han enfrentado principalmente los archivos nacionales y los archivos generales de nuestros países. Otro aspecto que resulta imperativo destacar tiene que ver con la aproximación interdisciplinaria a la solución de dichos problemas, el impulso a publicaciones tanto nacionales como de la ALA, que han servido para difundir el conocimiento entre nuestra comunidad profesional, muchas de las cuales se han utilizado como texto de estudio obligado en los distintos programas profesionales de formación archivística que se han creado desde el siglo pasado.

La ALA se constituye con la finalidad de lograr una colaboración efectiva entre los países latinoamericanos, para acelerar el desarrollo integral de sus archivos, así como la adecuada protección y utilización del patrimonio documental. Es una entidad de carácter profesional y cultural, sin ánimo de lucro, a la cual se le considera una de las ramas regionales más activas del Consejo Internacional de Archivos (ICA). Se integra por 21 naciones y su presencia se extiende al ámbito iberoamericano y Filipinas.

Importante mencionar el impulso dado por la ALA durante estos 50 años de funcionamiento, al mejoramiento de las capacidades técnicas en los países miembros, el apoyo a la creación de programas de formación, la promoción de iniciativas para crear asociaciones profesionales de archivistas, la expedición de Leyes de Archivos, y la realización de eventos académicos sobre diferentes temáticas de interés para la comunidad profesional. De igual forma, debe destacarse la representatividad de los archivistas de Iberoamérica ante el Consejo Internacional de Archivos, y la inclusión del español como uno de los idiomas del organismo mundial, así como el impulso a la investigación de las fuentes primarias. El fortalecimiento de ALA en la última década, gracias al aumento del número de afiliados institucionales, distintos a los archivos nacionales, y de archivistas, ha permitido una mayor participación en eventos internacionales, incluidos los congresos del ICA. No se puede dejar de mencionar la dinámica que ha tenido la Asociación en los últimos 5 años, gracias a la cual se han creado varios grupos de trabajo al interior de ALA, el desarrollo de proyectos de investigación y el vertiginoso número de cursos y conferencias virtuales ofrecidas por ALA, ampliando su alcance a sectores que antes no se beneficiaban de esta oferta académica. Es innegable que un indicador de la fortaleza y vitalidad de una profesión se refleja en la existencia de asociaciones sólidas y con una visión compartida.

Carlos Alberto Zapata

Coordinador del GTGPDE ALA

Representante de Colombia en el GE RIBEU ALA

[1] Antunes, J; Chacón, V; González, S. (2017). ALA EL CAMINO RECORRIDO. Disponible en

https://www.alaarchivos.org/wp-content/uploads/2017/12/ELCAMINORECORRIDO_historiaALA.pdf